jueves, 21 de mayo de 2009

Leyendas Nicaraguenses


  1. La Mocuana:Uno de los Caciques que recibieron a los españoles les regalo oro para que lo enviaran a su Rey Luego les pidió que se alejaran y nunca volvieran. Los españoles aparentaron irse, mientras tanto el cacique escondió sus tesoros y solo a su hija le dio a conocer el escondite.
    Con el tiempo los españoles volvieron y uno de los jóvenes enamoro a la hija del Cacique La muchacha le correspondió sabiendo que su padre se opondría a su matrimonio. Traicionando a su padre le enseño el escondite del tesoro al español quien ante tanta riqueza decidió saquear el tesoro y dejar a la muchacha encerrada en la cueva.

    La muchacha enloquecida finalmente encontró una salida, desde entonces sale a los caminos a invitar a los hombres a que la sigan a la cueva. Nadie ha visto su rostro solo su larga figura y su preciosa cabellera.
El Padre sin cabeza
Es un personaje cuyo surgimiento se remonta al periodo colonial, el protagonista de esta leyenda fue un fraile quien defendió a los indígenas siguiendo los principios de Fray Bartolomé de las Casas, el era Fray Antonio de Valdivieso y lo asesinaron el 6 de Febrero de 1550 por el soldado Juan Bermejo, cómplice de los hermanos Contreras. Su asesinato fue horrible, lo decapitaron según datos recabados, la cabeza de fraile rodó desde la iglesia hasta la Costa del Lago en cuyas aguas desapareció de ahí la popularización "El agua se la tragó".

Después de esto se originó en las mismas aguas un vientos muy fuerte que dio origen a una oleada que devastó al pueblo, luego de un tiempo los sobrevivientes comenzaron a construir sus humildes ranchitos, hasta lograr construir el pueblo, el cual fue el escenario de las apariciones del fraile, quien apareció como lo asesinaron de ahí su nombre "El padre sin cabeza", el padre andaba penando la iglesia y se pasaba las noches recorriendo el pueblo, el Sábado de Gloria paseaba por los túneles que comunicaban a los sótanos de la Catedral de León.

La Carreta Nagua

A pesar de su rusticidad, la carreta es uno de los medios que más ha contribuído a la producción de nuestro país. La carreta vino a alivianar las jornadas de las mulas y sus muleros, en la dura tarea de sacar la cosecha de la montaña a la ciudad. Aún hoy día, persiste su utilidad.

En el imaginario nicaragüense, la carreta también tiene una expresión mítica: La Carreta Nagua: “La carreta fantasma… una carreta embrujada que salía por las noches, haciendo un ruido infernal… Va tirada por dos bueyes encanijados y flacos, con las costillas casi de fuera uno color negro y otro ovejero… No da vuelta en las esquinas. Pues si al llegar a una tiene que doblar, desaparece y luego se la oye caminando sobre la otra calle… Creen algunos, que pasa anunciando la próxima muerte de alguien. De esa dice la gente se la llevo la Carretanagua.” (Zepeda Henriquez, Eduardo. Mitología Nicaragüense.)

OTRAS VERSIONES : La Carretanagua es un personaje de leyenda que fue introducido por los españoles. Hay quienes dicen que cuando los españoles querían sacar el oro de Nicaragua, lo hacían a media noche en carreta haciendo el ruido característico, y los indios no se atrevían a robarle o asaltarla.

Existe también la versión que durante la Época Colonial, hacían trabajar a los indios largas jornadas y morían en las minas y los cultivos. El indio huía de sus tierras hacia las montañas vírgenes y los españoles iban con perros a cazarlos, y los traían amarrados con cadenas en las estacas de las carretas. Por eso, el indio cuando escuchaba la carreta en las montañas, se imaginaba que venía la muerte.


La Taconuda

Es una mujer de 7 pies de estatura, joven, pelo largo que le llega hasta la pantorrilla, delgada, zapatos de tacón altos y curvos, de cara seca, de ojos hondos labios pronunciados, pintados y risueños, chalina negra, bustos respingados, vestido blanco con un fajín de plata y hebilla cuadrada grande y un cintillo dorado en el pelo.

Esta linda joven era hija de un cacique que era dueño de todas las haciendas desde la línea hasta llegar a Masaya; su padre le heredó todas sus riquezas por ser la única hija, es de apellido Sánchez.

Dicen que sale en los cafetales, en las cuchillas cerca de las haciendas que llevan por nombre Corinto y Las Mercedes. El encanto de ella es agarrar a los hombres y ponerlos locos, le sale a los capataces y los lleva a las curvas de los caminos, dejándolos adormecidos y desnudos hasta que sus familiares los encontraban.

Cuando la taconuda pasaba, dejaba un gran aroma de perfume y por eso la identificaban pero no a todo hombre se llevaba. Dicen los que la han visto que le gusta que la llamen taconuda.

El punche de Oro

La Leyenda del Punche de Oro tiene una interesante historia llena de orgullo para el pueblo indígena de Sutiava, nace y se desarrolla en la conquista cuando se da el traslado de los Leoneses de su antigua provincia Imabite (hoy ruinas de León Viejo) hacia los menesteres del pueblo indígena de Sutiava producto de la gran explotación, destrucción e imposición de la cultura, religión, sociedad y los recursos naturales de los Maribios.

Nuestros antepasados sabían que su futuro estaba en peligro e inteligentemente inventaron una estrategia que podía detener el expansionismo y surtir un efecto para atraer la ambición y sed de los españoles por el oro, corrieron la voz de la existencia del Punche de Oro, animal sagrado, iluminado, resplandeciente, como el sol, guardián del tesoro más grandes de los Maribios y Cacique ADIAC, esto trajo mucho la ambición de los españoles y de personas inescrupulosas, convirtiendo en toda una aventura y fama esta leyenda.

Se dice en la expresión oral, se comenta que sale todos los Viernes Santos y el que lo agarre tendrá las llaves de todo el tesoro del pueblo.

Otros dicen que se pasea en los alrededores de la iglesia de Sutiava en la puerta principal y tiene su propio recorrido desde la iglesia de Sutiava hasta la iglesia de Veracruz. También se ha aparecido en diferentes lugares, incluso en el Tamarindón.